La primera ley de la termodinámica, o principio
de conservación de la energía se aplica en algunos procesos relacionados con sistemas cerrados y
abiertos. La energía es una propiedad conservación y no se
sabe de ningún proceso que viole la primera ley de la termodinámica. Por lo
tanto es razonable concluir que para que ocurra, un proceso debe satisfacer la
primera ley. Sin embargo, como se explica aquí, satisfacerla no asegura que en
realidad el proceso tenga lugar.
Una experiencia común es que una taza de café
caliente dejada en una habitación que está más fría termine por enfriarse. Este
proceso satisface la primera ley de la termodinámica porque la cantidad de
energía que pierde el café es igual a la cantidad que gana el aire circundante.
Considere ahora el proceso inverso: café caliente que se vuelve incluso más
caliente en una habitación más fría como resultado de la transferencia de calor
desde el aire. Se sabe que este proceso nunca se lleva a cabo; sin embargo,
hacerlo no violaría la primera ley siempre y cuando la cantidad de energía que
pierde el aire sea igual a la cantidad que gana el café
También, considere un mecanismo provisto de una rueda
de paletas que funciona mediante la caída de una masa; la rueda gira cuando
desciende la masa y agita un fluido dentro de un recipiente aislado. Como
resultado, disminuye la energía potencial de la masa mientras que la energía
interna del fluido se incrementa de acuerdo con el principio de conservación de
la energía. Sin embargo, el proceso inverso de subir la masa mediante
transferencia de calor desde el fluido a la rueda de paletas no ocurre en la
naturaleza, aunque hacerlo no violaría la primera ley de la termodinámica.
A
partir de estos argumentos resulta claro que los procesos van en cierta
dirección y no en la dirección contraria. La primera ley de la termodinámica no
restringe la dirección de un proceso, pero satisfacerla no asegura que en realidad
ocurra el proceso. Esta falta de adecuación de la primera ley para identificar
si un proceso puede tener lugar se remedia introduciendo otro principio
general, la segunda ley de la termodinámica en la que se establece que no todo proceso puede revertirse debido a la existencia de un desperdicio de energía la misma que no se la puede utilizar.
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